Abuso sexual infantil: ¿Cómo identificar a un agresor sexual?

agresor sexual amenaza niño

Hablamos de abuso ante cualquier aproximación de carácter sexual entre un adulto y un niño, niña o adolescente (NNyA), haya o no contacto físico. El abuso sexual infantil (ASI) se da siempre con asimetría entre abusador y abusado. El agresor detenta un mayor poder, ya sea por fuerza física, edad, madurez mental o autoridad en el vínculo.

Cualquier persona puede ser un agresor sexual.  Pero no existe una fórmula exacta para saber, a partir del tipo de personalidad o la conducta social, si alguien es un agresor sexual de NNyA. De acuerdo con UNICEF, pueden ser personas exitosas, «médicos, psicólogos, abogados, docentes, líderes religiosos y juveniles como los guías estudiantiles que realizan viajes de egresados o los entrenadores deportivos».

En este artículo, profundizaremos en los aspectos psicológicos predominantes en agresores sexuales, así como modos de comportamiento previos y posteriores al abuso. Te invitamos a seguir leyendo.

El agresor sexual está entre nosotros

Los agresores sexuales circulan con disimulo en el entorno familiar y social. Las estadísticas demuestran que una gran mayoría de los abusadores son varones heterosexuales y adaptados socialmente. Algo lejos de la imagen estereotipada de monstruo antisocial que con frecuencia nos figuramos.

Para trazar algunas regularidades, podemos decir que los agresores sexuales suelen presentarse a sí mismos como personas afectuosas y humanitarias hacia el mundo exterior. Sin embargo, la relación que establecen con el NNyA abusado sexualmente se basa en amenazas, control y diversos mecanismos de intimidación.

Muchas veces se tiende a relacionar el abuso sexual con el alcoholismo. Aunque, el vínculo con el consumo excesivo de alcohol parece responder más a un modo de excusar o racionalizar las acciones del agresor, que un causante necesario.

Un patrón de conducta habitual, es la relación que el agresor establece a lo largo del tiempo con el niño. En este vínculo, se apoya para evitar su resistencia y pactar el secreto para no ser descubierto. Este proceso es una característica repetida de los abusos sexuales contra NNyA. Además de intentar el abuso y su ocultamiento, crea un ambiente propicio para dar al agresor sexual protección frente al entorno social y la Justicia. Es común verificar esa protección aun cuando el NNyA ya ha revelado el abuso.

La agresión sexual es realizada mayoritariamente por personas conocidas a las víctimas. Según cifras del Polo Integral de la Mujer, en el 99% de los casos denunciados por violación, el denunciado era un conocido o familiar de la víctima. Con respecto al ASI, esto se configura como un agravante, porque el abuso perpetrado por individuos con fuertes lazos afectivos genera un impacto mayor en la salud emocional, cognitiva y comportamental del niño.

Te puede interesar nuestro articulo sobre «¿Cómo saber si un niño ha sufrido abuso sexual?»

Miedo, engaño y autoridad como estrategias para el abuso

El miedo suele ser utilizado como arma de manipulación. El agresor sexual utiliza la sensibilidad de los niños a la creación de temores. Controlan el clima general a través de miedos difusos: saben que las mejores amenazas son las inconcretas, porque es muy difícil para un NNyA luchar contra ellas. Las víctimas desarrollan así la sensación opresiva de que si hablan va a ser malo.

agresor amenaza niño

Estudios realizados por el sociólogo Michel Dorais enfatizan que, mientras mayor la diferencia de edad entre el agresor y la víctima, el poder del atacante se hace mayor. El abusador manipula de tal manera que logran convencer al NNyA que “eso no es malo, (…) que ellos son los culpables porque incitaron el acto, (…) creando esa culpa en el niño (Gutiérrez López, Carolina; 2019).

De acuerdo, una vez más, a Gutiérrez López, el abusador usa diversas excusas “para llevar gradualmente al niño a participar en actos sexuales. Esto puede dificultar que el menor se percate de que realmente está siendo abusado”. La investigadora afirma que es fundamental que estas víctimas se den cuenta que, aunque crean que participaron ‘voluntariamente’, no fue así. Es importante que comprendan que fueron llevados a ese punto como rehenes de esa relación asimétrica.

Un factor presente en la educación y que los agresores sexuales utilizan a su favor, es el argumento de autoridad. Gran parte de la vida del NNyA se basa en el respeto al poder de padres y de figuras de referencia. Entonces, debemos pensar que estos criminales suelen ser personas que gozan de autoridad y prestigio. “No lo hubiéramos imaginado nunca, era una persona muy respetada” es una de las frases comúnmente escuchada en entrevistas en casos de ASI.

Por su parte, esa autoridad complica la situación del NNyA. Muchos intentan romper el silencio insinuando algo a sus padres o a otros adultos, pero no les creen. El abusador es una figura muy respetada y, por lo tanto, es más creíble que un niño.

Otra de las características habituales en el accionar de agresores, es aprovechar las situaciones de vulnerabilidad de los niños. Muchos NNyA viven en condiciones de pobreza y no cuentan con acceso a una derechos básicos, como una educación de calidad. Otras veces, provienen de ambientes familiares hostiles o violentos, donde no poseen figuras parentales, que los protejan de manera adecuada. Estas situaciones desfavorables para los NNyA es un caldo de cultivo que los agresores sexuales aprovechan para llevar adelante el abuso.

Te puede interesar nuestro artículo sobre «¿Cómo actuar frente al abuso sexual infantil?»

Factores psicológicos comunes del agresor sexual

Algunos estudios psicológicos, se vuelcan al área criminalística, para intentar comprender el accionar de abusadores. Entre ellos, resalta la investigación llevada a cabo por José Ignacio Ruiz Pérez y Zulma Cepeda Rodríguez. Ellos estudiaron distorsiones cognitivas como explicaciones plausibles para que un agresor cometa abuso.

Las principales distorsiones cognitivas encontradas en abusadores condenados fueron representaciones alteradas respecto a la sexualidad, las mujeres y los niños. Estos aspectos psicológicos, adquiridos por los agresores a lo largo de su desarrollo infantil y juvenil, les ayudan a superar los controles internos. Las distorsiones, también, les permiten proteger su estructura psíquica después de la comisión de sus delitos. Así, evitan la disonancia cognitiva, la autosanción moral y las amenazas a la autoestima (Ribeaud & Eisner, 2010).

El grupo de agresores sexuales estudiado presentó distorsiones cognitivas en torno a concebir que los comportamientos de los menores de edad son provocadores. Estas estructuras psíquicas ayuda a que minimicen el daño, al informar que el acto sexual no causará daño significativo al NNyA en el futuro. Ruiz Pérez afirma que “mientras la negación es una mentira intencionada, la minimización refleja una manera distorsionada de percibir a las víctimas y a los demás”.

Te puede interesar nuestro artículo sobre ¿Por qué las víctimas callan los abusos sexuales?

Fuentes

Gutiérrez López, Carolina; Lefèvre, Fernando (2019): “Descubrimiento del abuso sexual del niño: revelación o silencio”; Revista Cubana de Salud Pública; Vol. 45; Nº 1. Versión online: https://scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662019000100007&lang=es

Ruiz Pérez, José Ignacio; Cepeda Rodríguez, Zulma (2016): “Distorsiones cognitivas: diferencias entre abusadores sexuales, delincuentes violentos y un grupo control”; Revista Criminalidad; vol.58; N°2. Versión online: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-31082016000200005&lang=es 

Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) (2016): “Abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes: Una guía para tomar acciones y proteger sus derechos”