En Cales Red de Salud Mental contamos con profesionales especializados y capacitados en psicología perinatal y acompañamiento de la maternidad en sus diferentes estadios.
Nuestro objetivo es ayudar y brindar contención afectiva y emocional a la madre, padre y toda la familia durante todo el proceso de gestación y primeros meses de vida del bebé.
Acompañamiento psicológico en la maternidad
Prepararse para la llegada de un bebé es algo muy emocionante, pero también desafiante. Por lo general, el embarazo suele ser recibido con gran alegría. Sin embargo, no todas las situaciones son iguales y por ende, no todos lo perciben de la misma manera.
En este proceso, es normal que aparezcan una mezcla de emociones, e incluso sensaciones y sentimientos negativos. No hay que asustarse ni sentirse mal: es algo completamente normal, sobre todo cuando se trata de la primera experiencia, o de un embarazo no planificado.
Son numerosas las cuestiones que pueden afectar el modo en que una pareja va a lidiar con el embarazo. A los cambios físicos y hormonales de la mujer, se le suma la incertidumbre sobre lo que va a venir, y en muchos casos, particularidades de la situación personal.
Todas estas cuestiones hacen que en esta etapa se incrementen las posibilidades de desarrollar problemas de salud mental. Cualquier persona puede padecerlos, y no es algo que debería generar vergüenza. De todos modos, el apoyo profesional y del entorno es fundamental; con el objetivo de recuperar el bienestar emocional y transitar por esta etapa de la manera más saludable posible.
¿Cuándo pedir ayuda profesional?
Como todo en la vida, el embarazo tiene sus vaivenes: momentos felices y de gran emoción, y otros más difíciles de sobrellevar. El cuidado de la salud mental durante esta etapa y luego del nacimiento del bebé es fundamental.
No siempre es necesario recurrir a un profesional, pero sí debés prestar atención a los signos y realizar una consulta en caso de que:
- Te hayas sentido consistentemente mal (por ejemplo, triste o preocupada/o) por más de dos semanas consecutivas.
- Los pensamientos y sentimientos negativos estén empezando a afectar tu funcionamiento “normal”.
- Observes algunos síntomas de depresión, como perder el interés por cosas que antes disfrutabas; o sentirte desesperanzada/o o incapaz de lidiar con el embarazo.
- Te sientas ansioso/a o preocupada la mayoría del tiempo.
- Padezcas ataques de pánico, o empieces a desarrollar algún tipo de comportamiento compulsivo.
En la mayoría de los casos, los problemas de salud mental son transitorios. Por eso, pueden aliviarse con un correcto acompañamiento terapéutico.