El abuso sexual infantil (ASI) afecta fuertemente a la niñez y la adolescencia en todo el mundo. Pero, a pesar de que representa una problemática global creciente, la mayoría de los casos se detectan ni denuncian.
Los niños, niñas y adolescentes (NNyA) víctimas de abuso sexual a menudo callan e intentan ocultar la agresión que sufrieron. Los motivos para esta actitud son variados, pero destacan los sentimientos de miedo, culpa y vergüenza, entre otros.
En este artículo, que forma parte de nuestra guía sobre el ASI, profundizaremos en los motivos que llevan a NNyA a callar los abusos. También vamos a hablar de las diferencias entre varones y mujeres a la hora de contar las agresiones sexuales; así como las consecuencias de años de silencio. Leenos para saber más sobre esta compleja problemática.
¿Por qué se callan los abusos?
Hay muchas razones que pueden llevar a los NNyA a querer ocultar el abuso sexual del que son o fueron víctimas. A pesar de que a los adultos nos guste pensar que los niños nos cuentan todo, es muy habitual que haya tabúes o espacios vetados en la comunicación. En circunstancias tan terribles, como son las que rodean a una agresión sexual, los factores que hacen que un NNyA oculte cosas se acentúan.
UNICEF elaboró un informe para la detección de ASI y la protección de la infancia y adolescencia.
Allí, enumera algunos de los motivos que hacen que los Niños, Niñas y Adolescentes callan y esos son:
- Reciben amenazas de daño físico o de muerte.
- Miedo a las consecuencias que sus dichos puedan ocasionar en el agresor y su familia.
- Silencio por temor a ser acusados de complicidad y complacencia con el abuso sexual que padecieron.
- Evitan ser estigmatizados y rechazados.
- Sienten culpa, vergüenza y desvalimiento.
- Carecen de interlocutores dispuestos a creer en sus palabras.
Los NNyA víctimas de abuso sexual requieren de un entorno conformado por adultos que sean comprensivos y contenedores. Adultos que les brinden acceso a los servicios asistenciales y los protejan tanto de posibles represalias como del proceso de revictimización.
Los NNyA dependen de variadas figuras, como los docentes, psicólogos, médicos, policías y operadores del sistema de protección integral y judiciales. Todos estos deben (o deberían) estar capacitados para ofrecer un abordaje apropiado al trauma vinculado al abuso.
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¿Cómo reaccionan los varones víctimas de abuso sexual infantil?
Las estadísticas de UNICEF marcan que el número de niñas que sufren ASI es mayor, pero los niños no se escapan de estas agresiones. Para cualquier persona que haya sido víctima de abuso, hablar sobre ello y denunciar a sus atacantes siempre resulta difícil. Sin embargo, algunos investigadores sostienen que a los varones les cuesta más revelar los ataques sufridos.
Cabe preguntarnos, entonces, ¿por qué los varones víctimas de abuso sexual infantil lo mantienen es secreto? La psicoterapeuta estadounidense Beverly Engel, que estudia las emociones ante los abusos, explica que existen varias razones de por qué a las víctimas masculinas les toma más tiempo asimilar, aceptar y divulgar que los abusos sufridos.
Engel explica que, al igual que las mujeres, los varones que han sido agredidos suelen estar mal informados o confundidos sobre lo que constituye un abuso sexual. Ella dice que la agresión “puede haberse sentido bien y, debido a esto, un niño o adolescente puede no considerar lo que les sucedió como una violación. Por ejemplo, las personas que fueron acosadas por una mujer a menudo no lo consideran así».
La culpa y la vergüenza son otros motivos que llevan a los hombres a callar. Engel argumenta que, si bien todas las víctimas de ASI sienten una vergüenza tremenda, los hombres tienden a sentir aún más la humillación del abuso. “Esto se debe principalmente al hecho de que los hombres no quieren identificarse como víctimas”, afirma la especialista.
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Silencio ante el abuso y sus consecuencias
Para resumir, podemos hablar de la triada psicológica que hace que los NNyA guarden silencio ante el abuso sexual: miedo, sensación de culpabilidad e indefensión ante la autoridad.
En primer lugar está el miedo. Educamos a nuestros hijos, en gran parte, utilizando amenazas. Pero el miedo puede ser utilizado también como arma de manipulación. Los agresores sexuales manipulan el clima general utilizando miedos difusos. Ellos saben que para un niño es muy difícil luchar contra amenazas inconcretas. Las víctimas presienten que algo nefasto ocurrirá si hablan, pero no saben qué.
A todos nos cuesta hablar de actos o sensaciones que nos avergüenzan: a los niños más aún. Además, está la terrible sensación de culpabilidad. Y los abusadores lo saben. Ahondan en el tabú de la culpa, para convencer a sus víctimas que tienen algo por lo que culparse.
El otro factor que los maltratadores sexuales usan para su provecho es el argumento de autoridad. De hecho, muchas veces los NNyA intentan romper el clima de silencio insinuando algo a sus padres o a otros adultos, pero estos no les creen.
Las víctimas de ASI suelen experimentar un trauma característico de este tipo de abusos: se sienten cómplices, humillados, impotentes y estigmatizados. Este trauma psíquico se potencia con el paso del tiempo, cuando la consciencia de lo sucedido es mayor.
Todos los motivos mencionados anteriormente pueden influir en que algunos casos de abuso se revelen en la adultez y no en la niñez. Por eso, como explicamos en otros artículos de esta guía, es importante una escucha adecuada cuando un NNyA intenta comunicarse. Además, es crucial no juzgarlo y mostrarle apoyo y comprensión.
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Fuentes
Gutiérrez López, Carolina; Lefèvre, Fernando (2019): “Descubrimiento del abuso sexual del niño: revelación o silencio”; Revista Cubana de Salud Pública; Vol. 45; Nº 1. Versión online: https://scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662019000100007&lang=es#
Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) (2016): “Abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes: Una guía para tomar acciones y proteger sus derechos”
Engel, Beverly (1990): “The Right to Innocence: Healing the Trauma of Childhood Sexual Abuse”.